Relaxing day is coming!
Después de una larga semana de ajetreo, lo que más apetece es un día de relax, mimos y desconexión.
Un buen libro, un baño lleno de espuma…
cerrar los ojos y escuchar música agradable mientras te transportas a un lugar precioso que te inunde de paz, se me antoja el mejor plan del mundo cuando lo que deseas es evadirte y desconectar.
Duerme hasta que el cuerpo te lo pida, descansar es clave para cargar bien las pilas. Desperézate y estírate en la cama antes de levantarte, recreándote como si tu cama midiera infinitos metros de ancho y no fueras a hacerlo nunca más.
Después abre la ventana y siente la brisa del verano mientras das las gracias por el nuevo día, por las 1440 oportunidades que empiezan de cero hoy, vuelve a empezar si lo necesitas, hoy y todas las veces que quieras. Nunca es tarde para renacer.
Sonríe, sin motivo, ya habrás escuchado eso de que sonreír alarga la vida. Además te cuento por si no lo sabías, que sonreír todos los días (y si es con carcajada mejor), mejora notablemente la salud mental y la forma de afrontar tu día. Cuando sonríes, el movimiento hace creer a la mente que estás feliz, y aunque no te encuentres en un día especialmente alegre, los efectos vienen a ser los mismos que si lo estuvieras de verdad. Además, ¡que incluso en un día tonto, hay varias razones por las que sonreír!, solo tenemos que querer verlas.
Prepara un café rico, date un capricho.
Llena la bañera e inúndala de espuma con el Gel de Ducha Avena Soft, que dejará tu piel suave e hidratada gracias a las propiedades nutritivas de la leche y las proteínas de la seda. Después añade sin miedo un poco de nuestro Aceite Corporal Avena Árnica, será el aliado perfecto para llenar el baño de un aroma delicioso que acabará de relajarte y soltará tensiones debido a las maravillosas propiedades de la árnica. ¡Ah, y las velas, que no se te olviden unas cuantas velitas!
Ahora solo quedaría disfrutar y cuando estés más arrugado que un pasa, secarte con mimo y sin prisa y aplicar una sedosa y rica crema por toda la piel.
Y después de este planazo, ¡feliz domingo! ¿no?